5 reflexiones de amor extraordinarias
El amor es un sentimiento con el que nos toca vivir día a día, en muchas diferentes maneras. Puedes encontrarlo en quien menos lo esperas, así como en cada persona conocida que hay a tu alrededor. Hoy hemos querido demostrartélo con 5 reflexiones extraordinarias, que estamos ansiosos de compartir contigo. En cada una de ellas podrás encontrar una situación o alguna sensación que seguramente te parecerán familiares. Esperamos que las disfrutes y que te animes a compartirlas con los que más quieres.
Amar en silencio
Cuando amas a alguien; cuando lo amas de verdad, lo menos que puedes esperar es que te corresponda, pero a veces las cosas no son tan fáciles como pudieran ser. Hay ocasiones en las que te toca callar tus sentimientos, porque ese alguien especial no puede ser para ti, o quizá no quiere darse cuenta de tú estás ahí, aguardando. Te toca entonces amar en silencio porque a pesar de todo, lo que sientes es tan grande que es imposible intentar ignorarlo.
Dicen que el amor de verdad no es egoísta, ni conoce de malas intenciones o deseos negativos. Esta dispuesto a darle todo, sin importar que se quede con las manos vacías y sin pretender obtener nada a cambio. Hacer esto es la cosa más difícil que existe en el mundo, pero también puede llegar a ser la más valiosa.
Si amamos sin decir una palabra, estaremos siendo valientes. También sufriremos y quizá nos toque pasar por momentos amargos, pero con el corazón no se puede hablar de razones. ¿Será que existen personas cuyo papel en la vida, es el de ser pacientes con el amor no correspondido? ¿Pasarán vidas enteras antes de que sean capaces de hallar una retribución o un consuelo? No se sabe si encontraremos la respuesta a estas preguntas, o si querer alguna vez dejará de ser doloroso.
Lo único que es seguro es que no vale la pena vivir la vida, sin enamorarse siquiera una sola vez.
Lo que no decimos
Me gusta mirarte cuando no te das cuenta, porque es el único momento en el que puedo expresarte sin palabras ni acciones, lo que siento por ti. Hay tantas cosas que no decimos y tanto que no nos demostramos, que a veces dudo de si tendremos un futuro el uno al lado del otro. Solemos tener conversaciones largas, a veces discutimos, en ocasiones hacemos como si aún estuvieramos esperando a esa persona indicada, a pesar de que hace mucho tiempo lo hicimos.
Lo sabemos, pero actuamos como si no fuera cierto. Ignoramos el latido del corazón acelerado, la sensación cálida que nos inunda desde dentro; pretendemos que todo transcurre de manera normal. Me pregunto en mi cabeza porque decidimos no hacer caso de todo esto, ¿no sería más fácil aceptar lo que sucede entre ambos?
La respuesta es algo que me consterna aún más, ya que nunca es exacta. Puede que lo echemos a perder y las cosas nunca sean más de la misma forma. Tal vez signifiqué el comienzo de algo único y maravilloso. Quizá funcione por un tiempo y más tarde las cosas vuelvan a la normalidad. De vez en cuando creo que no lo sabré nunca. Aunque presiento que la contestación esta tan cerca de mí…
En esas palabras que no decimos jamás.
Decir que te amo
Las palabras «te amo» no suelen salir con frecuencia de mis labios. A lo mejor te bastan los dedos de las manos para contarlas. Nunca he sido una persona muy dada a los romanticismos, a pesar de que tengo la seguridad de que daría todo por ti. Podría creerse que doy tu presencia por sentado y que por eso, no te digo en voz alta todo lo que me haces sentir y lo mucho que significas en mi vida, pues desde que te conocí la has cambiado por completo.
Debo hablarte con sinceridad y decirte, que no creo poder cambiar esto de mí. Como sabes y ya te he dicho, paso casi todo el tiempo de las grandes demostraciones de afecto. Tengo una personalidad demasiado peculiar como para darlas. Te estarás preguntando porque he decidido hablarte acerca de esto.
En mi interior, temo que tú también olvides cuales son mis sentimientos, a causa de mis descuidos. Confío en que puedas interpretar las pequeñas acciones que hago, como una manera de compensar mi falta de palabras.
Siempre te observo en silencio, deseando internamente que lo que compartimos nunca llegué a su final. No siempre me detengo a pensar en lo mucho que me has brindado, pues eres lo más valioso que tengo en este momento. Decir que te amo puede ser complicado a diario, lo acepto. Pero no me cuesta demostrartélo. Ójala todos estos pensamientos dejen de revolotear en mi cabeza por las noches y con cada amanecer te vuelvas hacía mí, sonriendo de esa forma tan tuya y diciendome con la mirada, que me comprendes.
Mirar con el corazón
Se dice que sabes que estás enamorado, cuando empiezas a mirar con el corazón en vez de hacerlo con la vista. Obviando los defectos de la persona a la que quieres o las imperfecciones de su exterior. Son cosas que simplemente no te importan, porque se ven tan pequeñas en comparación a lo que ella te puede brindar. Y te das cuenta que desde un principio, nunca fueron un impedimento.
Pero vivimos en un mundo dominado por las primeras impresiones. Estamos al pendiente de lo que dicen los demás, cuidamos cada detalle de nuestra apariencia y lo que damos a entender a los otros. Resulta tan difícil hoy en día, darle una oportunidad a los ojos del corazón para que observen por nosotros.
Y mientras el tiempo transcurre, podemos estar desperdiciendo tantas oportunidades y tantos momentos de gran valor. Nunca nos paramos a pensar en las posibilidades que tenemos cuando se trata de amar. Nos empecinamos en vivir romances perfectos con personas ideales, sin aceptar que ambas cosas son inexistentes. Nos gusta engañarnos y vivir historias irreales, quizá porque tememos enfrentarnos a la realidad y a nosotros mismos. ¿Cuántas veces no ha sucedido esto todos los días, en diferentes partes del mundo?
¿Valdrá la pena comenzar a mirar más allá de las apariencias?
Cuando menos lo esperaba
Y ahí estabas tú, de repente todo cobró sentido. Un camino que había estado lleno de dudas, de inquietudes y obstáculos, de pronto parecía el más correcto y estaba completamente despejado. Lo único que podía hacer era preguntarme como no había podido ver todo esto antes. ¿O sí lo había hecho y tan solo me había empecinado en negarlo? ¿Por qué había sido capaz de hacer algo así?
Pero llegaste cuando menos lo esperaba y cambiaste mi forma de pensar, aunque nunca creí que podrías lograrlo. Y ahora me encuentro decidiendo que quizá no todo es tan malo como parecía al prncipio, y me doy cuenta de que yo también cambié.
Nunca me he llevado bien con los cambios.
Aunque hoy por alguna razón, creo que este no me vendría mal. Cosa curiosa, hay veces en las que uno mismo también puede darse sorpresas. No sé donde estaré el día de mañana, ni si todos mis planes llegarán a concretarse de la forma que quiero. Pero deseo intentar esta aventura contigo.