Amar el interior
Podemos fijarnos en la apariencia de alguien e idealizarle por lo que tiene y lo que aparenta ser. Podemos juzgar por lo que observamos en el exterior, porque es fácil pensar en lo que se ve a simple vista. Casi nunca nos percatamos de que lo más valioso se encuentra en el interior, y que lo único con lo que hemos de quedarnos al pasar el tiempo, es con los valores y sentimientos que siempre hemos albergado debajo de nuestras fachadas. Quizá si lo tomáramos en cuenta más a menudo, no veríamos a tanta gente lamentándose por no conocer el amor de verdad.
¿Por qué siempre tenemos que conformarnos con la apariencia, en lugar de buscar lo más valioso que hay en cada persona? Toda la gente debería aprender a no confiarse demasiado de lo que hay en el exterior, porque aun una cara agradable puede ocultar cosas desagradables.
Tal vez eso forma parte de hallar a esa parte ideal que todos sentimos que nos hace falta para sentirnos completos. Esa otra mitad del corazón. Quizá es cuestión de equivocarse las veces que sea necesario, para aprender que al final, lo más importante es lo que ese alguien a quien esperamos sería capaz de hacer por nosotros y viceversa, sin importar las buenas apariencias.
Amar nunca ha sido una tarea sencilla y en especial cuando se trata de descubrir lo que se oculta en el interior de una persona. Pero bien dicen que las cosas que valen la pena, no vienen sin su buena dosis de esfuerzo.
Cuando sabes que los sentimientos de alguien que dice quererte son sinceros, te darás cuenta de que eso todo lo que te hace falra para ser feliz. No se trata de lo material que pueda ofrecerte o de como se vea. Se trata de compartir algo puro y verdadero.