Cartas emotivas a Dios

En algún momento, todas las personas (o al menos la mayoría) han sentido la necesidad de comunicarse con una entidad superior. Esta es una buena forma de buscar respuestas y desahogarte, si te encuentras pasando por instantes difíciles para ti. Quizá te cueste algo de trabajo o no encuentres las palabras necesarias, para dirigirte a ese alguien que puede estar mirando cada uno de tus pasos. Es por eso que el artículo de hoy es tan especial. Hemos recopilado algunas cartas emotivas a Dios, con las que estamos seguros de que sin duda, podrás identificarte dependiendo de tu situación.

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Tantas cosas que me pregunto y tan pocas respuestas

Querido Dios:

Hoy tengo la seguridad que estás allí en alguna parte, aunque debo admitir que muchas veces llegué a tener serias dudas de ello. A pesar de lo culpable que pudiese sentirme por causa de esto, sé que no soy el único que se ha enfrentado con la incertidumbre. Y eso es porque al igual que todos, ha tantas cosas que suelo preguntarme y tan pocas las respuestas que obtengo, que siempre llego a la conclusión de que simplemente debo confiar en que las cosas saldrán bien.

No sé como hagas allá arriba (o donde sea que te encuentres) para observar cada una de nuestras acciones. Aunque he presenciado muchas injusticias, también he sido testigo de que al final, las personas obtienen lo que se merecen. Eso me hace pensar y tener esperanzas, en que estás ahí atento a todos nuestros problemas.

Pero también tengo miedo. Miedo de que a veces no lleguen las oportunidades que necesito, o de que haya quienes quieran hacerme daño sin razón alguna. Temo por aquellos que han sido lastimados y a día de hoy, no encuentran su consuelo y miran como hay tanta impunidad a su alrededor. ¿Por qué suceden estas cosas? Solo tú sabes la respuesta. No quiero llenar mi corazón de rencor, cuando sé que tarde o temprano, las cosas caen por su propio peso.

Tengo confianza pues, en que mientras haya gente buena y mientras no te olvides de nosotros, no habrá nada de lo que deba temer realmente. Sin embargo, ¿te molestarías si te pido una única cosa?

Cuida a mi familia y a las personas que quiero, danos la fortaleza para soportar los problemas que a veces se presentan. Yo sé que realmente nunca hemos tenido nada de lo que quejarnos, pero esas ocasiones en las que me siento verdaderamente triste, me gusta pensar que estás muy cerca de mí y de mis seres queridos, para poder reconfortarnos.

La fortaleza que necesito

Me siento más solo que nunca. Muchas personas han llegado y así como se han presentado, no han perdido oportunidad en marcharse. Hay veces en las que no sé que hacer y siento que debería terminar con mi vida. Necesito hablar con alguien pero siento que nadie me escucha. Si estás ahí Dios, me gustaría que me dieras la fortaleza que necesito.

Yo sé que he cometido muchas equivocaciones, porque soy imperfecto y me ha tocado pasar por cosas muy difíciles. Sin embargo me han enseñado a creer y confiar en ti. A pesar de todo lo que ha sucedido, hay una parte de mí que se aferra a esa esperanza.

No puedo explicarlo realmente, pero siempre me he sentido mejor (aunque sea un poco), cuando pienso que debes estar muy cerca y que sin duda podrás comprenderme. Tú sabes que a veces puedo encontrarme con mucha crueldad a mi alrededor, y que incluso yo puedo llegar a ser cruel. Me arrepiento de ello pero no sé si a todos les ocurra lo mismo. Hay ocasiones en las que creo que no es así y eso me produce desesperanza. Es difícil creer en la gente.

Si no puedo creer en los demás, al menos quiero tener la confianza de hacerlo en ti. Sé que nos enseñaste a querer al prójimo, pero en este momento me es muy complicado poner en práctica esta enseñanza. Tú mejor que nadie sabes por lo que he pasado.

Algún día no obstante, me gustaría volver a vivir como antes, con la alegría de confiar en alguien más y tener a alguien incondicional a mi lado. Quizá todavía no sea el momento y deba pasar por algunas pruebas. Es por ello que me gustaría pedirte que no te apartes de mi lado o de lo contrario, me derrumbaré.

Y hoy necesito creer en ti más que nunca.

¿Estas ahí?

A veces me pregunto si es así. No quisiera que me malinterpretes o me tomes por una mala persona. Estoy consciente de que tengo muchas cosas por las cuales agradecerte, aunque también me ha tocado pasar por experiencias amargas. Sin embargo, pienso que estpas también me han convertido en una mejor persona. Así que supongo que antes que nada debo darte las gracias.

Pero tú sabes muy bien que hay personas que no tienen tan buena suerte como yo. Me refiero a esa gente que se vuelve mala porque antes les toco vivir injusticias, ya que se que el mal solo puede provenir de situaciones llenas de oscuridad.

Es por eso que me preguntó, si a veces atenderás a todas las plegarias que te hacen tus hijos. Probablemente no soy nadie para cuestionarte algo como esto, pero supongo que no se me puede culpar de hacerlo. Yo quisiera que nadie tuviera que sufrir, de la manera en la que lo he visto hacerlo a muchos.

No sé porque sucede algo como esto. Me han enseñado que no se debe dudar del camino que tienes preparado para cada uno de nosotros.

Pero luego me pongo en las ocasiones en las que he visto muchas muestras de bondad y recuerdo que las personas, también son capaces de dar bastante amor. Me acuerdo de mi familia y de los amigos que me rodean.

Pienso que si existen seres como ellos, entonces nunca será tarde para hacer algo bueno por los demás. Quizá eso es lo que pretendes que hagamos para frenar las cosas malas que pasan en el mundo. Y yo prometo esforzarme por hacerlo siempre, para tener un poquito más de fe y menos desesperanza.

Hoy tengo mucho por lo que agradecer

Muchas veces he estado quejandome Dios y me he dado cuenta, de que son pocas las que realmente me he detenido a pensar en las cosas buenas que tengo. Es verdad que últimamente no la he tenido tan fácil, pero lo cierto es que tampoco he llegado a pasarlo del todo mal.

Tengo salud y una familia que siempre ha estado dispuesta a apoyarme. Aún tengo oportunidades para avanzar en mi trabajo y hacer las cosas que me gustan. Realmente he hecho mal en no apreciar antes la vida que me tocó y lo cierto es que podría estar peor. Te pido una disculpa por eso. Soy una persona que es realmente afortunada y ¿sabes? En este momento siento que no quisiera cambiar nada en mi vida.

Sé que con el tiempo superaré los obstáculos que se interpongan en mi camino, porque tú deseas que alcance mi felicidad. Prometo apreciar más las bendiciones que me has dado de ahora en adelante y trabajar duro para dejar atrás mis problemas. Porque tú también me has dado las facultades para ello.