Cuando caiga el ocaso
Cuando caiga el ocaso no habrá lugar para ningún tipo de temor
porque tus ojos se perderán en los míos y sabrás que con cada segundo
el tiempo será una sombra permanente detrás del vínculo que nos une
ya no transcurrirá ni abrirá huellas que nos puedan separar
pues me he extraviado para siempre dentro de este sentimiento
que no permite alejar el corazón de tus propios latidos.
Me tocas y vuelvo a caer en un mar de sensaciones y pensamientos
mi mente se abandona a tus palabras y a cada uno de tus presentimientos
no sabe detenerse cuando se trata de recrear la memoria de tu cuerpo
es un guerrero apacible en el escenario que contiene tus pasiones
se mueve tratando de descifrar lo que ocultan tus intenciones
no se cansa de determinar cada sueño que inspiras en mí.
Cuando el ocaso caiga sabrás que no terminaré de amarte nunca
porque mis ilusiones crecen con cada gesto de tus labios y de tus pupilas
crece mi fascinación y todo aquello que provocas en mí
porque nunca habrá nadie que me haga amar como lo haces tú
porque cuando la noche se aproxima hasta mí
solo puedo mirar frente a mí tu silueta y tu forma de andar.
Me muevo en el laberinto infinito que forman mis emociones
empiezo a descubrir el misterio que me aguarda detrás de cada beso
pero que se mantiene ahí prolongando mi sorpresa y mi candor
estás ahí como una ensoñación que se ha vuelto permanente
surges frente a mí después de cortas ausencias
que sin embargo, son peores que el filo de una daga en mi corazón.
Cuando caiga el ocaso puedes tener la certeza
de que jamás ha habido nadie que me haga sentir
tal y como lo haces con tu bella sonrisa.