Cuando el amor toca a nuestra puerta

Son muchas las veces en las que uno se pregunta si será capaz de encontrar el amor y si será merecedor de él. Dicen que el sentimiento llega a nuestra vida cuando menos nos lo esperamos, y que no sirve de nada buscar algo que debe surgir de forma natural. Sin embargo, ¿cuántas veces habrá tocado a nuestra puerta y sin saberlo, o sabiéndolo tal vez, nosotros le hemos dado la espalda?

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Solemos idealizar tanto las relaciones románticas que casi siempre nos olvidamos de una cosa: amar no se trata de encontrar a la persona perfecta, sino de aprender a querer a alguien con todas sus imperfecciones.

No reparamos en que lo importante no es fijarse tan solo en las virtudes que hacen especial a alguien, sino también saber aceptar aquellos aspectos que pueden no agradarnos del todo, pero sin los cuales no sería quien es. No recordamos que nosotros también tenemos defectos que no siempre podremos ocultar y que alguien que nos ame incondicionalmente, tendrá que aceptar también para demostrarlo.

¿En cuántas ocasiones habremos rechazado a alguien, tan solo porque se alejaba del ideal del amor que la sociedad se ha encargado de meternos en la cabeza?

Hay instantes en los que tenemos que recordar que nada es perfecto y que si lo fuera, la vida y los sentimientos no serían una aventura interesante que descubrir. Y que el amor puede presentarse de muchas formas y generalmente, no lo hará de la manera en la que nos imaginábamos. ¿Pero qué más da si ocurre así? No hay nada que sea más maravilloso que descubrirse enamorado y tener el chance de ser feliz, con alguien que quiera compartir un futuro a tu lado.

Los romances siempre son impredecibles. Y cuando el amor toca a tu puerta, no todo el tiempo pide permiso para entrar.