Cuando las historias de amor se terminan

Es difícil aceptar que todo tiene un final, que existen cosas que por más que creemos van a perdurar, tienen que acabarse en los instantes que menos nos esperamos. Así pasa con los sentimientos que se apoderan de nosotros cada vez que cnocemos a alguien especial, y con las aventuras románticas que comienzan como si fuera a perdurar para siempre. Pero si el mundo tiene una lección que enseñarnos, es que nunca podemos dar las cosas por sentado. Porque el corazón también puede cambiar de parecer y elegir recorrer nuevos caminos.

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Lo más triste es cuando tenemos que decirle adiós a alguien que ha significado demasiado en nuestro corazón, con su visión del mundo y esos sentimientos que un buen día nos despertó, y que tal vez se creían perdidos para siempre. Pero amar sin egoísmo es ser capaz de dejar ir a una persona con sinceridad, esperando que vuelva a encontrar lo que un día tuvo junto a nosotros.

A nadie le gusta pensar en ese momento oscuro, cuando las historias de amor se terminan, porque pensar en el amor como algo limitado es una de las cosas menos placenteras que hay en esta vida.

Pero este es un sentimiento que evoluciona y se transforma, que no conoces de barreras pero si puede llegar a despreciar la rutina, la falta de interés y la incompatibilidad. Y aún así es increíble la manera en la que seguimos buscándolo, siempre mirando por los rincones y volteando hacia atrás, esperando recuperar algo de lo que teníamos en nuestros mejores años. ¿Por que será que las relaciones tormentosas son las que más trabajo nos cuesta abandonar?

Amar es la aventura más grande y más complicada de la vida. Nunca sabes con quien la vas a vivir, como y porque, y mucho menos, donde.