Cuando me miras

No sé como explicar que es lo que siento cuando tu mirada se cruza con la mía o cuando simplemente, observas hacia mí. Me he dado cuenta de lo que mucho que me gusta que esto ocurra, porque tus ojos son tan cálidos y a la vez tan misteriosos, que siento que jamás quisiera dejar de verlos en mi día a día. Y porque, aunque te pueda parecer extraño, eres una persona tan especial que no puedo detener a mi corazón de latir con cada gesto o palabra mínima que me diriges.

miras

Nunca antes había sentido lo que tú me haces sentir. Jamás me había atrevido que yo podría enamorarme, después de las veces que me burlé de quienes lo hacían o que me dije que era un sentimiento que no podría afectarme de ningún modo. Y de repente llegas tú para cambiarlo todo, echando por el suelo cada una de las palabras que dije en el pasado.

Sé que me estoy arriesgando mucho al abrirte mi corazón. Pero he decidido que no me importan los riesgos, o al menos no tanto como quedarme con la duda de que sucedería si tan solo hubiese sido más valiente.

Tú haces que cada uno de mis días valga la pena. Logras que me sienta mejor aun cuando no cruzamos una sola palabra, porque basta con que me acuerde de ti para que me de cuenta de las cosas positivas con las que cuento y de que a cada instante, hay algo bueno por lo que vivir. Eres responsable de todo esto y de mucho más.

Siento que te quiero como jamás lo he hecho con nadie. Siento que de no haberme cruzado contigo, mi vida sería más monótona.

Me basta tu presencia para tener la seguridad de que puedo hacer todo cuanto quiera y de que desee soñar alto. Porque te amo como a nadie.