Debí estar a tu lado
Cuando te derrumbaste y dijiste que no querías verme nunca más, creí sentir como mi corazón se rompía en mil pedazos y no fui lo suficientemente valiente como para quedarme contigo, a pesar de decir que el amor que te tenía era más grande que cualquier cosa. En lugar de eso, tuve miedo de ver el daño que te estabas haciendo y decidí rendirme, porque tanto me habían lastimado tus palabras que pensé que lo de nosotros no tenía arreglo. Ahora no puedo evitar preguntarme si realmente era así.
Contigo he pasado muchos de los momentos más maravillosos de mi vida, pues aun presiento que seguirás siendo el más grande amor de mi vida. Pero en algún momento del camino, te caíste y no tuve la suficiente fuerza como para levantarte. Intenté apartarte de eso que te hacía tan daño, pero era demasiado tarde como para hacerte comprender. Si tan solo lo hubiera intentado un poco antes.
Debí estar a tu lado en esos momentos de soledad en los que tanto lloraste, tratando de convencerte que no merecías ninguna compañía, ni siquiera mi amor. Pero ese siempre fue tuyo sin condiciones y fue por eso que no puedo perdonarme no haberte insistido.
Hoy ya no hay nada que pueda hacer por ti, lo que compartí contigo es tan solo un recuerdo que me provoca tanta dulzura como dolor. He aprendido que tienes que estar cerca de las personas que amas, incluso cuando ellas hacen todo lo posible por apartarse de ti, porque un amor lleno de sacrificios es capaz de cambiarlo todo. Mi corazón se ha vuelto más valiente pero también muestra un enorme vacío. Desearía con toda mi alma que aún estuvieras a mi lado para decirte tantas cosas que quedaron pendientes.
A pesar de todo, siempre te amaré.