Historias sin contar

El reflejo de una ventana que me recuerda lo que añoré

personas han pasado por mi vida de maneras impredecibles

pero el corazón sigue latiendo a causa de algunas memorias

mientras otras tantas caen poco a poco en medio del olvido

amores que se entrelazan en historias sin contar.

historias

La sonrisa vivaracha de alguien cuyo rostro está difuso

una canción que alguna vez escuché en un bar

fotografías desteñidas con el paso del tiempo

y cartas guardadas que parecen no envejecer jamás

un romance que se terminó, pero que se niega a verse concluido.

Esa taza de café que compartía con alguien que era especial

las noches que no parecían terminar jamás

un reloj que se detuvo en una hora nostálgica

una vez te quisé con a nadie he querido en la vida

pero esos son sentimientos existentes en historias sin contar.

La estación de un tren que llegó demasiado tarde

y las palabras que tantas veces he querido decir

una mirada que ya no recuerdo del todo bien y sigue allí

embrujando mis sueños con un encanto inhato

quisiera darle un nombre a ese recuerdo persistente.

Melodías inconclusas y ecos que persisten en la distancia

las manos que una vez sostuve entre las mías

y un poema que no puedo describir con exactitud

romances que pasaron fugaces y que no dejaron huella

y otros tantos que se niegan a desaparecer.

La memoria puede ser muy traicionera con el paso del tiempo

o tal vez son mis ojos los que se niegan a querer ver

que las anécdotas que nos formamos en la cabeza

a veces son una excusa para negar el peso de la soledad

hechos ficticios en medio de historias sin contar.

El sonido del teléfono o la canción que no termina

ya no importan en esta ocasión.