Mitades que deben encontrarse
Son muy curiosas las maneras que escoge el amor para tocar a la puerta de las personas y cuando menos se lo esperan. Caminos que se cruzan entre sí y que se vuelven a separar, o que a veces se vuelven uno solo para siempre. Nunca digas que no puedes creer en él, porque la verdad es que no tienes idea de cuando te va a tomar por sorpresa y tampoco de que, aunque le cierres la puerta, cada vez que se empeña en cambiar la vida de alguien encuentra la manera más adecuada de entrar.
Solemos pensar en el proceso de enamorarse como una trampa, sin pararnos a reflexionar que es justamente el amor, una de las emociones que hacen de la vida lo más maravilloso que se pueda tener. Incluso con todas sus desilusiones.
Puede que haya ocasiones en las que pierdas la esperanza y trates de convencerte a ti mismo de que no existe, pero lo cierto es que esta es solo una verdad a medias para quienes han sufrido una decepción o no conocen de lo que hablan. El mundo está lleno de corazones que aguardan poder estar los unos con los otros, mitades que deben encontrarse para aprender a complementarse. Y tú no sabes que la tuya puede estar en algún lugar esperando por ti.
Cuando dices que no crees en el amor, te estás arriesgando a negarte una oportunidad para ser feliz. ¿Por qué será que nos cuesta tanto confiar y abandonar ese miedo a equivocarnos de nuevo? Debe ser algún instinto de supervivencia, que se empeña en alejarnos de lo que en verdad queremos.
Pero si algo aprendemos en este mundo es que la vida es un largo camino lleno de riesgos y de decisiones. Depende solamente de ti la dirección que esta vaya a tomar.