Pequeños detalles

¿En qué preciso instante es qué nos damos cuenta que amamos a alguien? ¿Es en el momento en que decidimos qué no nos importa ninguna de sus defectos? ¿Es cuando nos damos cuenta de que no podemos pensar en vivir sin esa persona? ¿O cuándo decidimos que podríamos dar nuestra vida a cambio de la suya? Todo ello suena demasiado complicado para un sentimiento que así como puede surgir, ya sea de manera repentina o con el paso del tiempo, también se puede llegar a terminar.

detalles

Pero si miramos con atención a las cosas que nos enamoran de alguien, sin duda saldrán a relucir esos pequeños detalles que nos provocan los sentimientos más profundos. Se trata de aspectos que hay que mirar con atención, porque siempre están ocultos esperando a que los encuentren.

Pueden ser gestos, miradas sencillas o palabras que se dicen sin hablar. Pueden ser acciones que hacen que nuestro corazón palpite sin control. Hay tantas formas de demostrar amor que no captamos en primera instancia. Diferentes maneras de amar y ser amado, de las que nos hacemos conscientes solo inconscientemente. Lo más bello de querer a alguien, reside en no solo tener la necesidad de mantener solo contacto físico o demostraciones muy notorias de ello.

Cuando los detalles más minúsculos se empiezan a tomar en cuenta, es que es posible ver más allá del aspecto físico o la personalidad habitual de una persona. Se puede intentar mirar dentro de su corazón.

Enamorarse es algo sencillo, pero amar de verdad es algo que lleva mucho más tiempo. De lo contrario, no sería tan fácil dejar de gustar de alguien.

Las cosas pequeñas siempre están ahí para quien quiere observar más que con los ojos. Y a final de cuentas, ese es el logro más importante de quienes se atreven a amar de verdad.