Reflexiones acerca de amistades perdidas
La amistad es uno de los tesoros más grandes que podemos tener la suerte de atesorar. Sin embargo, las cosas no siempre son tan perfectas y pueden surgir malentendidos que terminen por derrumbar, la relación que habías mantenido con quienes considerabas tus incondicionales. Esto no solo es triste y doloroso, sino también un tema que nos puede dejar pensando por horas, recordando los momentos buenos y reviviendo el instante en que sin pensarlo, todo se vino abajo. Las siguientes reflexiones de amistades perdidas tratan acerca de ello; amigos que se alejaron por diferentes circunstancias y promesas que llegaron a su fin, a pesar de que se suponía que fueran para siempre.
Si me das la espalda
No sé porque lo hiciste. Yo siempre te consideré la mejor persona de todas, la que siempre estaba ahí cuando la necesitaba, sin importar cuan grandes fueran mis problemas. Bastaba uno solo de tus consejos para que confiara ciegamente en ti. La verdad, habría esperado esto de cualquiera menos de ti; pero una vez más me equivoqué de la peor manera. Lo único que no me dejo de preguntar es porque. ¿Por qué tuvo que ocurrir de esta manera? ¿Tan mal se pusieron las cosas, cómo para que decidieras que ya no valía la pena seguir con esta amistad? Todavía me cuesta creerlo.
Supongo que esto demuestra que tarde o temprano, los seres humanos defraudamos a alguien a quien le importamos. Tengo la seguridad de que no será la última vez que vamos a vernos. La próxima vez que te miré, no encontrarás en mí ni sombra de lo que éramos en el pasado. Si me das la espalda, yo también daré media vuelta y me marcharé, para apoyarme en alguien a quien si le importe.
Las cosas cambian
Es triste pensar que incluso las cosas que creemos más perdurables, como el amor o la amistad, pueden acabarse de forma tan abrupta. Amigos que te dicen que se van, contactos que se pierden, caminos que se separan. En verdad no sé que nos pasó. Ayer estábamos muy unidos, prometíamos que el futuro nos sorprendería juntos, que no dejaríamos que nada jamás nos separara, ni siquiera el tiempo. Pero el mundo y el universo entero están regidos por cambios y es de suponer, que a veces todo tiene que evolucionar, aunque sea por medio de caminos que no nos agradan o que somos incapaces de comprender. Y es que al final, te das cuenta que tienes solo una o dos personas de confianza de verdad, que siempre van a estar ahí aunque ni siquiera te hayas dado cuenta antes de eso.
Y es así como comprendemos que nunca estuvimos tan acompañados como creíamos. Porque las cosas se transforman. Y a veces, se dirigen hacia un final que no es triste ni feliz, sino tan crudo y neutral como la vida misma.
Una amistad rota
Al final no importaron las promesas, ni los años. Ni siquiera los recuerdos que por desgracia, en este instante son más fuertes que nunca. Una amistad rota es todo lo que nos queda, ahora que debemos andar por senderos diferentes. He de decir que aunque estuve consciente de las señales, en realidad nunca vi venir esto. O tal vez sí lo vi, pero simplemente me negaba a aceptarlo. Como sea, las cosas son así y supongo que todo ha terminado. No sé si puedo desearte suerte después de todo lo que ha sucedido. Lo que si voy a decir, es que ojalá que cada uno pueda encontrar su camino.
Ya me encontraré con personas nuevas que sepan permanecer ahí. Tal vez tú logres hacer lo mismo.