Reflexiones bonitas para tu día

Una vez más hemos llegado con un montón de reflexiones, que pueden levantarte el ánimo cuando más lo necesitas. En ellas encontrarás que hablamos de sentimientos y situaciones de la vida cotidiana, con los que fácilmente podrías recordar sucesos que te han pasado a ti. Esperamos que te entretengas leyéndolas y que también, te animes a compartirlas con todos tus amigos y personas a las que más quieres.

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Mientras voy creciendo

El tiempo pasa sin que lo pueda detener y tengo que confesar, que esto es algo que en ocasiones me hace sentir temor. ¿Cuántos minutos habrán transcurrido sin que yo me diera cuenta? Las horas que pude haber aprovechado mejor. Un momento estás analizandote a tu mismo y al siguiente, te encuentras con que eres una persona totalmente distinta. Y mientras voy creciendo, me doy cuenta de que las cosas que me rodean también lo hacen conmigo.

Nada es igual a lo que recuerdo antes. Los instantes se suceden los unos tras los otros, y es entonces que me doy cuenta, que estoy madurando y con ello veo el mundo de una manera distinta. Caigo en la certeza de que no es tan fácil mostrarte a los demás como realmente eres, y que lo difícil apenas comienza.

Supongo que de eso se trata crecer. Pero creo que soy afortunado porque pese a todo, aún conservo la esperanza. Y me gusta creer que cuando llegué hasta el último de mis cambios, habré vivido de la manera en la que siempre deseé hacerlo. Siendo feliz.

El amor que necesitamos

Mucha gente suele repetir esa frase que dice que el amor es lo que mueve al mundo. Esto es algo que he puesto en duda muchas veces. Otras tantas, como ahora, no me permito hacerlo porque siento que es verdad. Puede que en el pasado me haya equivocado, lastimando a las personas porque hubo quien me lastimó a mí.

Admito que en esas ocasiones no supe reaccionar de la manera adecuada y sí, renegué del amor. Me negaba a creer que existiera como tal o en su defecto, que estuviera hecho para mí, porque me había llevado tantas decepciones que no quería exponer más a mi corazón.

Pero la vida sabe ponerte en el sitio indicado con el tiempo. Hoy me doy cuenta de que si ayer la pasé mal, el día de mañana puede ser mejor. He aprendido a zanar mis heridas y dejar ir el pasado, para darle una nueva oportunidad a mis sentimientos. Quiero intentarlo, porque muy en el interior lo siento como una necesidad. Todos necesitamos del amor. Lo he comprendido y ¿sabes una cosa? Estoy comenzando a sentir que lo merezco.

Mirar hacia el futuro

De nada vale aferrarse al pasado, porque existen momentos que no puedes cambiar pero que irremediablemente, terminan por cambiarte a ti. Es entonces cuando te das cuenta de que solo hay dos opciones: quedarte estancado o mirar hacia el futuro. Y me resulta irónico como hay individuos que deciden quedarse con la primera, pese a todo el dolor y la incomodidad que esta les puede causar. Bien dicen que los seres humanos buscamos sufrir muchas veces por decisión propia.

A mí me gusta pensar en las cosas nuevas que me depara la vida, a pesar de que me equivocado bastante y también me han decepcionado. La gente, las circunstancias, las personas que son o solían ser cercanas a mí. Es algo muy difícil de comprender y que a veces, aún me cuesta aceptar.

Pero si algo he aprendido, es que tienes que aceptar los cambios, porque a fin de cuentas renovarse es una parte irrevocable de nuestra naturaleza. Por eso, estoy convencido de que superaré cualquier problema que amenacé con no dejarme salir a flote.

Reflexiones bonitas que sacan sonrisas

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Dar lo mejor

Muchas veces me he preguntado que significa exactamente, dar el 100% o lo mejor que puedes guardar dentro de ti. Estoy seguro de todos tenemos cosas buenas, incluso quienes aparentan ser malas personas por fuera. Al menos sé que nadie nace queriendo ser malo, porque son las circunstancias las que definen tu forma de ser para con los demás. Lamento que no todos tengan la suerte de demostrar sus virtudes.

He aprendido a comprender a quienes no pueden hacerlo. Me gusta pensar que si bien yo me he recuperado de los golpes que me ha dado la vida, quizá haya a quienes les cueste más trabajo hacerlo o todavía no les ha llegado el momento para ello. Por eso, aunque haya quienes me recriminen o quieran detenerme, siempre estoy dispuesto a dar lo mejor.

Antes juzgaba a quienes me rodeaban. Eso se ha terminado, porque me di cuenta de pueden suceder muchas cosas de las que no estás plenamente consciente. A todos nos toca pasar por malos momentos. No soluciono nada haciendo especulaciones que no me llevan a ningún lugar y que en sí, no tienen razón de ser. Vivir y dejar vivir a los otros. Ser la versión más amable de ti mismo, porque a ti no te cuesta trabajo. O al menos no tanto como puede suceder con los demás.

Marcar la diferencia

¿Qué significa destacarte de los demás? Dejar tu huella en el mundo. Hacer que los demás te recuerden. No pasar por la vida como alguien invisible, sino ser quien siempre quisiste ser y vivir de la manera que siempre deseaste. Marcar la diferencia.

Puede ser algo muy sencillo de decir, pero cuando te encuentras perdido y no sabes que rumbo deberías tomar en la vida, se transforma en lo más difícil. Todos queremos ser alguien. Absolutamente todos buscamos la felicidad, e incluso la aprobación de los demás por más que nos empeñemos en negarlo. A veces esto puede ser enfermizo. Otras tantas, simplemente natural.

Hoy la circunstancias me han enseñado, que si quiero cambiar el mundo no basta con desear ser mejor que los demás. Se trata de entender que más allá de las cosas que me hacen ser especial, puedo colaborar con cualquier persona para lograr un beneficio en común. Si todos comprendieramos esto, la vida sería mucho más sencilla y el mundo más simple. Pero tal parece que es lo que más nos cuesta trabajo. Supongo que no puedo culpar de ello a los demás porque después de todo, yo antes solía pensar de la misma manera.

Con el transcurso de los años

Solía tener miedo de envejecer porque sé que la juventud, es una época que jamás podré volver a recuperar de nuevo. Sin embargo, hoy sé que si lo deseo con todas mis fuerzas, puedo repetir esos instantes que con el transcurso de los años, no han perdido su vigencia para mí. Recreando en mi mente cada recuerdo maravilloso, teniendo presente la sensación de lo bien que se siente el compartir con los tuyos, riendo en cada uno de mis días.

Mi espíritu se mantiene joven, aunque mi rostro y mi cuerpo se vean afectados por el tiempo. Las lecciones que aprendí mientras me mantenía pensando en mi futuro, me ayudaron a dejar atrás el temor de enfrentarme con el hecho de crecer para volverme mayor.

Mi consejo para cualquiera que sufriera por este hecho, es de dejarse llevar por la vida y vivir con alegría cada momento, porque aunque hacerse viejo es inevitable, serlo por dentro puede ser una decisión.