Un pensamiento para el nuevo año
Otro año que comienza y sus meses son como páginas en blanco en las que podemos dejar que muchas cosas se escriban. A veces nos encontraremos en ellas con sorpresas agradables y otras, vamos a preferir no leer las que aparezcan escritas, pero nunca hay que olvidar que nos guste o no, de todas ellas podemos obtener algo valioso para aprender. Porque si hay algo que cada año puede enseñarnos, es que no importan los malos momentos porque son transitorios, sino lo que nos puedan enseñar para hacernos más fuertes.
Ver pasar el tiempo es darte cuenta de que la vida es demasiado corta como para no ir detrás de tus sueños, por más descabellados que estos puedan ser. Demasiado corta como para malgastarla teniéndole rencor u odio a alguien, porque quedarse en el pasado es no ganar absolutamente nada. Demasiado corta para vivir de acuerdo a las expectativas de los demás, cuando bien podrías ser quien tú quieres ser y haciendo lo que tú quieres hacer.
Y llega el momento en que, mientras vamos creciendo nos parece que los días pasan mucho más rápido, que las cosas cambian sin que las podamos detener y sabemos cuan cierto es que el mundo sigue girando sin importar lo que digas, lo que hagas o lo que pienses. Sin importar que ya no estés.
Por eso, proponte aprovechar el año que puedas al máximo y vivir cada día como si fuera el último. Atrévete a perseguir tus metas y no dejes que nadie te diga que son imposibles, ni siquiera tú, porque en esta vida lo único que tiene sentido es buscar lo imposible. No te conformes ni hagas lo que todos, porque la comodidad no hará desaparecer ese vacío que llevas por dentro.
Y haz que este año sea completamente diferente.