Una tarde como cualquiera
Una tarde como cualquiera te acercaste hasta mi ventana
y aceleraste los latidos de mi corazón con una sola palabra
mi mirada se cruzó con la tuya y supe que me querías
y todas esas noches de desvelo pensando en ti valieron la pena
porque de pronto estabas sosteniendo mi alma entre tus dedos.
Hubo un instante en que el tiempo se detuvo a mi alrededor
y lo único que asomaba entre mis recuerdos era tu voz
el tiempo transcurría mientras tus manos cobijaban las mías
y tenía la certeza de que veríamos muchas noches estrelladas
y tantos atardeceres mientras el sentimiento perdure.
Una tarde como cualquiera susurraste a mi oído que me querías
y cuando me vi en tus pupilas supe que no estabas mintiendo
mi camino se conectó con el tuyo como una treta del destino
y ahora que te tengo enfrente se que no importan los años
ni la distancia cuando se trata de amarte sinceramente.
Canciones que se quedan impregnadas en el viento
sueños que inundan mi cabeza esperando volverse verdaderos
el eco de tu risa palpitando en un recoveco de mi mente
hay tantas palabras que desearía decirte y no parecen suficientes
tanto que quisiera darte de mis manos vacías.
Una tarde como cualquiera llegaste a mi lado y cambiaste mi suerte
me di cuenta de que mis pensamientos no eran casualidad
¿algún día me acostumbraré al poder de tu mirada?
estas son las páginas desgastadas y al mismo tiempo nuevas
de la historia que comenzó entre nosotros como algo incierto.
Cosas que no se dicen pero se expresan con cada gesto
instantes compartidos que podrían durar mil años
esto que siento cada vez que estoy junto a ti y tú sonríes
iluminando por completo cada rincón de mi pequeño mundo
convirtiéndote en lo único que necesito para respirar.