Y mi corazón seguirá latiendo

Llegaste un buen día y pusiste toda mi vida de cabeza. Me negué a creerlo porque tú y yo, a veces parecemos agua y aceite. Somos totalmente opuestos en muchas cosas pero también demasiado parecidos en otras. Tú me complementas y yo te hago mirar el mundo de una manera que jamás te habrías imaginado. Hay tanto que quisiera decirte y ahora las palabras no me parecen suficientes.

¿Cómo expresarte que de un momento a otro, sin quererlo ni buscarlo, te convertiste en lo más valiosos que tengo? Si pudieras mirar en mis pensamientos, te darías cuenta de que tu rostro y tu mirada son lo único de lo que ya no puedo olvidarme. Y es que jamás encontraré a alguien igual a ti, que con tu forma de ser y de inspirarme, me has hecho creer en el amor.

Y hoy estás aquí, a mi lado, mostrándome algo de lo que por mucho me había perdido. No quería ver que también puedo enamorarme profundamente pero contigo no me queda de otra.

Todas tus expresiones y tus acciones, la manera que tienes de observarme, ese modo en el que me haces reír mientras mis latidos se aceleran como locos. Incluso las veces en que me haces rabiar, porque sé que no siempre puedo ejercer control sobre ti, y eso es algo que amo y que me hace querer intentarlo con más ganas; pues en el fondo solo quisiera que fueses para mí. No tienes idea de lo especial que eres en mi vida y si alguna vez me he olvidado de decírtelo, quiero que lo recuerdes y que no tengas dudas de lo mucho que te quiero.

Pueden pasar mil años y mi corazón seguirá latiendo por ti. Donde quiera que vayas, yo estaré a tu lado, porque te seguiría hasta el fin del mundo.